domingo, 20 de abril de 2008

Metas logradas

ILUSIONES
Me hace mucha "ilu" cruzar las piernas al sentarme, conducir sin clavarme el volante en el abdomen, sentarme en una terraza sin clavarme los brazos en los muslos y sin esa terrible sensación de que todos se dan cuenta de eso y se ríen de mí, montar en bici, hacer aerobic, pasar horas en la playa relajada y sin tensiones, que me cierre el cinturón de seguridad de los aviones, ponerme botas de caña alta, llevar faldas sin parecer una mesa camilla, dar el perfil a alguien sin sacar papada, llevar taconazos, ponerme una blusita entallada, llevar un vestido "divino de la muerte", no sudar constantemente, sentirme segura y tener la sensación de que soy yo quien se come el mundo y no el mundo quien me come a mí, decir "estoy harta, no puedo más" de verdad y no de mentira...
Pero lo que más ILUSIÓN me hace (con mayúsculas) es ser madre y poder hacer carreras con mis niños, jugar con ellos en el suelo, cogerlos en brazos sin que me duelan los riñones...

Gracias a todos por hacer más felices mis días de espera.


Bueno, esto lo escribí el 3 de noviembre del 2007, justo un mes antes de mi operación. Y ahora, haciendo balance de estos 4 meses y medio y tras perder 36 kilos y casi 7 tallas me emociono muchísimo al recordar cómo era y cómo soy. Os cuento los logros y lo que aún queda por hacer:

- Ya cruzo las piernas al sentarme y me encuentro comodísima.
- No solo no me clavo el volante del coche, sino que he tengo que echar el asiento más adelante (bastante más) y el cinturón me cierra de sobra.
- Todas las sillas de todos los barex, cafeterías, restaurantes... resisten mis 119 kilos sin problemas de que se rompan o me quede atascada.
- Tengo una bici nueva preciosa que aún no he empezado a usar por falta de tiempo y oportunidad, pero no porque no pueda hacerlo.
- No hago aerobic por lo mismo que lo de la bici: tiempo y oportunidad. Pero en verano me voy a hartar de hacer de todo.
- Ya me he comprado un bañador para pasarme horas en la playa relajada y sin tensiones.
- Aún no me he mantado en avión "después de", pero estoy segura de que me puedo apretar el cinturón de seguridad.
- No me he comprado todavía botas de caña alta, porque para lo que queda de frío... pero el año que viene me las pondré hasta para dormir.
- Las faldas me quedan divinas de la muerte y parezco cun ser humano, no una mesa camilla.
- ¡¡Ya no tengo papada!!
- Los taconazos aún se me resisten...
- Las blusitas entalladas me quedan genial.
- Los vestidos también me quedan bien, pero aún me cuesta sacarlos a la calle...
- No sudo casi nada, aunque aún no hace calor como para poder poner la mano en el fuego...
- ¡¡YO ME COMO AL MUNDO Y A LO QUE HAGA FALTA!! (Metafóricamente, claro, que comer comer, como muy poquito).
- Y, efectivamente, digo constantemente: "No puedo más, estoy llena", de corazón, de verdad, porque ¡no tengo hambre!
- Por último, mi sueño de ser madre cada día se va acercando, cada kilo que pierdo es una esperanza de que algún día lo conseguiré. Cuando me peso y veo que he vuelto a bajar otro kilazo, no pienso ni en la ropa, ni en la belleza, ni en los "colgajos cutáneos"... solo pienso en que cada vez estoy más cerca, cada vez queda menos y que no voy a ser una madre mayor, sino que podré disfrutar de mis hijos con juventud, con fuerzas y en plena forma, como ellos se merecen.

Gracias a todos por hacer más felices mis días de espera.

domingo, 13 de abril de 2008

Cuatro meses después... (35 kgs menos)





Ya sé que hace muchísimo tiempo que no escribo contando novedades, pero es que ando bastante liadilla desde que fui dada de alta y volví al cole tras casi 4 meses de baja.
Os cuento: hace un mes tuve consulta con mi endocrino y mi cirujano y me vieron super bien. Los análisis están perfectos, yo me siento muy fuerte y estoy que no paro en casa ni un segundo. La verdad es que nadie, ni siquiera los médicos se puede creer que en solo tres meses y medio esté tan recuperada. Tened en cuenta que me operé con 155 kilos y un peso tan elevado puede originar problemas en cuanto a la recuperación, así que todavía sorprende más que me encuentre tan tan bien.
La vuelta al cole fue... espectacular. Me hicieron sentir una estrella de cine, solo me faltaba la alfombra roja. Mis alumnos me miraban embobados sin creer que fuera la profe gordota que les daba lengua y literatura hasta noviembre y mis compañeros se pasan todo el día piropeándome y animándome y reconociendo mi valentía y esfuerzo. Desde luego no puedo ser ni más feliz ni estar más contenta de mi decisión ni más orgullosa de mí misma. He empezado a aprender a quererme (aún no me adoro, pero sí me tengo cierto cariño), a valorarme como mujer y a sentir que no soy ni tan fea ni tan mala persona como yo creía. Lo único malo que estoy experimentando últimamente es la dichosa caída de pelo, pero por lo visto solo son unos pocos meses, así que no me preocupo demasiado. ¿Qué es eso comparado con lo bien que me siento? Además, después de lo que he pasado, sinceramente, no me como el coco por unos pelitos en el cepillo.