martes, 5 de febrero de 2008

Dos meses después...


El domingo cumplí dos meses de operada y el balance de este tiempo es el siguiente:

ASPECTOS NEGATIVOS (Empiezo por las "malas noticias" y así acabo de buen rollo):
- He pasado los peores días de mi vida en un hospital, eso sí, rodeada de quienes más quiero, pero con unas molestias y dolores que no imaginaba que sufriría.
- A veces me muero por tomarme un refresco con gas (Coca cola, Fanta...) en vez de tener que pedir siempre agua sin gas.
- Cuando tengo sed me pienso mucho el beber agua porque con el estómago vacío me dan unos pinchazos en el estómago muy molestos (con lo que me gusta a mí un buen vaso de agüíta fresquita... aaiinnss).
- Se me están descolgando las pieles y he pasado de odiar mi cuerpo a no gustarme en absoluto (que es mejor que odiarlo, desde luego).
- Me da mucho mucho mucho respeto (por no decir miedo) probar una comida nueva por si me sienta mal.
- Cuando me entran ganas de hacer "aguas mayores" no puedo esperar ni un segundo y me dan unos retortijones enormes.

ASPECTOS POSITIVOS (Aquí van las "buenas noticias", que son muchísimas más que las malas):
- ¡¡He perdido 22 kilazos en dos meses!! Me lo dicen antes y no me lo creo.
- No tengo hambre (esto yo creo que es lo más espectacular de mi nueva vida porque SIEMPRE dejo comida en el plato).
- He perdido 3 tallazas.
- Me entra mi alianza de boda.
- Toda la ropa de mi talla actual me queda genial (antes, aunque me probara ropa de mi talla no me gustaba, me veía arrugas feísimas o me quedaba como amorfa).
- Me veo guapísima y ¡¡me miro en todos los escaparates y espejos que me encuentro!! (Temo volverme una "creída")
- Puedo subir los tres pisos sin ascensor de la casa de mis suegros sin asfixiarme y sin hacer paradas por el camino.
- Ya no me da miedo la báscula. Más bien creo que es ella la que me teme a mí.
- Voy por la calle mirando a la gente y no al suelo.
- Me gusta salir, pasear y reir por la calle. (Bueno, lo de reir lo hago por la calle, en casa, en el cine... y a boca llena)
- Me maquillo más y mejor que antes.
- Mi marido, mis padres y mi hermano me miran de otra manera.
- Mi ropa interior es apropiada para una mujer de mi edad.
- Mis manos se parecen cada vez más a las de una mujer y no a las de un bebé.
- Cada día me parezco más a mi madre (que es guapísima, modestia aparte, creo que es una "buena noticia").
- He dicho lo que nunca había dicho antes: "soy muy feliz".
- Y lo más importe: con cada kilo que pierdo tengo la certeza de que seré madre algún día no muy lejano. Antes solo era un sueño, pero ahora es una certeza.

Bueno, y si todo esto lo he conseguido solo con dos meses... ¿imaginais lo que ocurrirá en un año? Aunque lo haya pasado mal en algunos momentos (y probablemente aún me quedará algún que otro mal ratillo) nunca me he arrepentido de haberme operado porque aunque me advirtieron de que podría salir mal, siempre es mejor intentarlo, a pesar de que no salga bien, a quedarte con la duda de qué habría ocurrido si lo hubieras hecho.